EL TESORO OCULTO Y EL CAMPO DEL TESORO

Mateo 13:44

La historia del mundo está escrita por los vencedores y, en general, constituye un relato de las naciones poderosas. Mirando hacia atrás a lo largo de la historia, puede parecer que hemos avanzado, pero, en realidad, los problemas espirituales han empeorado. Esos vencedores históricos y naciones poderosas puede que conquistaran a otros pueblos, pero eran espiritualmente ignorantes. Solo Cristo es la respuesta completa de Dios. ¿Cómo podemos encontrar el tesoro que genera este misterio y tomar posesión del campo de ese tesoro?

1. La identidad y autoridad de quienes tienen el campo del tesoro del Evangelio

La sangre del cordero que liberó al pueblo de Israel de la esclavitud bajo Egipto fue el verdadero tesoro de los israelitas. Regresar del cautiverio babilónico y reconstruir el templo también formó parte del camino para encontrar el tesoro. Las personas creyentes de la Iglesia Primitiva  fueron colonizadas por Roma, pero se negaron a adorar al emperador y confesaron que Jesús era su Señor. Debemos disfrutar de nuestra identidad y autoridad como personas que poseemos ese tesoro.

2. Tengamos seguridad del campo del tesoro futuro en el Evangelio y desafiemos

Después de descubrir un campo que contenía un tesoro, el hombre vendió todas sus propiedades y compró aquel campo. Del mismo modo, las personas que confiesan a Jesús como su Señor pueden tener seguridad sobre su futuro. Dios nos ha dado toda la autoridad para hacer discípulos a todas las naciones (Mateo 28:16-20). También dio señales para que predicáramos el Evangelio a toda criatura (Marcos 16:15-18) y la orden de convertirnos en testigos de Cristo hasta lo último de la tierra (Hechos 1:8).

El verdadero tesoro que poseemos no es un tesoro efímero del mundo, sino el Evangelio de la vida que nadie puede quitarnos. Dios abrirá nuestros ojos y oídos y nos dará la fe correcta y el verdadero poder.

Oración del pacto. Querido Dios, ayúdanos a sanar el mundo y salvar el campo con el verdadero tesoro que poseemos.