EL AGUIJÓN DE SATANÁS Y LA GRACIA DE DIOS
2 Corintios 12:1-10
Pablo se glorió de sus debilidades ante los demás. Sabía por qué Dios le había dado un aguijón en la carne y un mensajero de Satanás para abofetearlo. Pablo entendió que Dios quería darle una gracia tremenda. Dios cambió el mundo a través de personas como Anne Sullivan, Helen Keller, Fanny Crosby y el apóstol Pablo. Sus complicadas situaciones no fueron aguijones de Satanás. Al contrario, consideraron sus circunstancias como la gracia y las obras incomparables de Dios. Nosotros también estamos dentro de su tremenda gracia. ¿A qué debemos aferrarnos?
1. El camino hacia la cumbre espiritual
Ya somos la cumbre espiritual. Por eso debemos recordar siempre nuestra identidad, escuchar solo la voz de Dios, ver lo que Dios revela e ir al lugar donde Dios nos guía. El pacto de “solo Cristo, solo el Reino de Dios y solo el Espíritu Santo” debe convertirse en nuestra primera prioridad. Mientras disfrutamos y experimentamos el pacto de los 62 puntos de la vida del evangelista, podremos salvar a los seis mil millones de personas de este mundo que escuchan, ven y viven separadas de Dios.
2. El misionero que cambia lo grabado, las raíces y la naturaleza de los demás
Somos misioneros que les dicen a los demás cómo cambiar lo grabado, en qué arraigarse y qué naturaleza necesitan. En primer lugar, debemos disfrutar y después mostrar nuestra acción de gracias porque nuestra imagen ha sido restaurada al ser grabada con Cristo. Tras esto, se levantarán verdaderos milagros. También debemos mostrarles la imagen del Reino de Dios que enraíza y testificar las obras de la verdadera sanidad que se están levantando. También disfrutaremos de que nuestra naturaleza se llene del Espíritu Santo al mismo tiempo que nos levantamos como testigos que han visto las obras absolutamente imposibles que se convierten en absolutamente posibles dentro de la gracia de Dios.
3. El futuro que Dios dará
Entendemos algo importante cuando vivimos en función del futuro que Dios nos dará. Primero, descubriremos el “yo que Dios hizo” y nos aferraremos al misterio de “solo”. Cuando descubramos “mis cosas dadas por Dios”, disfrutaremos de la respuesta de la “unicidad”. Después, descubriremos “mi campo dado por Dios” y se revelará la respuesta de la “re-creación”. Debemos aferrarnos a estas respuestas, y al mismo tiempo, si desafiamos hacia la imposibilidad absoluta con el Evangelio, (Pacto), la posibilidad absoluta será visible (Visión). A continuación, veremos el plan absoluto de Dios (Sueño) y la habilidad absoluta se renovará (Imagen). Por último, lograremos el objetivo absoluto de salvar a todas las almas (Práctica).
Oración del evangelista. Querido Dios, queremos experimentar y disfrutar tu gran gracia de convertir la imposibilidad absoluta en una posibilidad absoluta. Ayúdanos a levantarnos como misioneros y testigos que salvan el campo.