APACIENTA MIS OVEJAS
Juan 21:15-18
La Palabra de Dios nos sana y se cumple absolutamente. Pedro era débil, pero pudo recibir respuestas asombrosas después de aferrarse a la Palabra de Dios. A pesar de que se enfrentó a una crisis y salió huyendo, después cambió una vez que comenzó a aferrarse sinceramente a la Palabra de Dios. Dios puso a Pedro dentro del pacto del monte de los Olivos y las obras del aposento alto de Marcos, y lo usó para predicar el Evangelio en el campo. ¿Cuál es el pacto que debemos confirmar y al que debemos aferrarnos hoy a través de Jesucristo?
1. Confirmar nuestra identidad
Jesús se acercó a Pedro, quien una vez lo había abandonado. Confirmó la identidad de Pedro y le dio Su promesa. Aunque fuera débil, Pedro entendía quién era Cristo e hizo una confesión. Y a este Pedro, Jesús le dijo: “Apacienta mis ovejas”, y prometió estar con él hasta el fin de la tierra.
2. Confirmar nuestro corazón
Jesús no le pidió nada más a Pedro. Sólo le hizo una pregunta: “¿Me amas?”. Jesús ya conocía el corazón de Pedro, pero lo estaba confirmando. Nosotros también debemos confirmar si realmente amamos este Evangelio dentro de la corriente del Viaje del Pacto. En tiempos difíciles, debemos confirmar si amamos este Evangelio dentro de la corriente del viaje de evangelismo, y si conocemos y amamos el viaje del Remanente que ha continuado generación tras generación.
3. La sanidad y la cumbre
Debemos sanar a las generaciones futuras, los “corderos”, y levantarlas como la cumbre. A través del Evangelio, cambiemos lo grabado, las raíces y la naturaleza de los Remanentes que ya existen. Debemos ayudarles a descubrir los talentos que Dios les ha dado y a preparar su especialidad. Esta será la mejor oportunidad para que se aferren al pacto antes de salir al mundo. La voluntad de Dios es que salvemos a las naciones poderosas a través de los y las Remanentes. Si los Remanentes se aferran al Evangelio y no dudan, recibirán las respuestas de salvar al mundo.
Oración del evangelista. Querido Dios, permite que nos aferremos a tu Palabra y confirmemos quiénes somos y qué debemos hacer. Permite que nos aferremos a las bendiciones de transmitir el Evangelio correcto a las generaciones futuras.