CONVIRTÁMONOS EN LA CUMBRE ESPIRITUAL EN PRIMER LUGAR
Daniel 5:29-31
Dios hizo una promesa importante a su pueblo que había recibido la salvación. Prometió convertirlos en la cumbre espiritual que tiene fuerza espiritual (Génesis 12:1-3 y Hechos 1:8). Dios ha llamado a su pueblo como la cumbre espiritual para salvar al mundo que sufre de problemas espirituales. Sin embargo, muchas personas cristianas no pueden disfrutar de esta bendición. Por eso, Dios nos ha llamado como Remanentes. Daniel lo entendió y disfrutó de las bendiciones de la cumbre espiritual antes incluso de ser sometido a cautiverio. ¿De qué bendiciones disfrutó Daniel?
1. El estado de la cumbre espiritual
Daniel aceptó el pacto de Dios como una proclamación directa de Dios y tomó una determinación. Como era consciente de que no podía cambiar el plan de Dios, tomó una decisión y disfrutó de las dificultades a las que se enfrentó. Del mismo modo, no hay motivos para que los hijos de Dios teman cuando se enfrentan a una crisis. Dios ha hecho su obra de salvación a través de esas cumbres espirituales que parecían llenas de carencias. Nosotros simplemente necesitamos aferrarnos a este pacto y disfrutarlo. De esta forma, nos levantaremos como testigos que poseen la evidencia de Dios.
2. Las bendiciones que recibió la cumbre espiritual
Daniel fue usado como primer ministro que transmitió las respuestas a tres reyes a pesar de estar cautivo en una nación colonizada. Daniel interpretó el sueño del rey Nabucodonosor y transmitió el mensaje preciso. El rey Nabucodonosor se postró y humilló ante Daniel y alabó al Dios de Daniel. Después, Belsasar, el hijo del rey Nabucodonosor, se convirtió en su sucesor. Mientras bebía vino en uno de los vasos de oro que su padre había traído del templo de Jerusalén, aparecieron los dedos de una mano de hombre y comenzaron a escribir palabras extrañas en la pared. Nadie fue capaz de interpretar lo que decían las palabras, salvo Daniel. Más tarde, Daniel pudo mostrar evidencias más sorprendentes ante su sucesor, el rey Darío.
3. El objetivo de la cumbre espiritual
El rey Nabucodonosor declaró frente a su pueblo: “Ciertamente el Dios vuestro es Dios de dioses, y Señor de los reyes, y el que revela los misterios, pues pudiste revelar este misterio”. El rey Belsasar confesó que Dios es el Salvador del mundo entero. El rey Darío confesó: “Él es el Dios viviente y permanece por todos los siglos”. Estos fueron momentos en los que el líder de Babilonia, una nación de las más poderosas de la época, hizo una confesión de fe ante todo su pueblo. Esta es la evangelización mundial y también la meta de Dios.