UN NUEVO COMIENZO – LA ORACIÓN
Salmos 78:70-72
Las personas, son seres espirituales que deben de creer en Dios y ser conscientes del mundo espiritual. Conocer y disfrutar de ello es la oración. Sin embargo, la mayoría de personas cristianas y adolescentes no pueden orar. Si hemos entendido el Evangelio pero no con la suficiente precisión, es muy probable que estemos limitados por los moldes del “yo” y vivamos dentro de las doce estrategias de Satanás. Las tres organizaciones (movimiento de la Nueva Era, francmasonería y organización judía) son conscientes de eso, y se han adueñado rápidamente de todo el mundo usando esas tácticas. Si esto es así, ¿qué debemos tener en cuenta los Remanentes y los ministros Remanentes?
1. Las condiciones de las respuestas a la oración y el sistema espiritual
Hay una condición cuando recibimos respuestas a la oración. Esa condición es conectar la Palabra, la oración y el evangelismo. Debemos concentrarnos en nuestro (Pacto, Visión, Sueño, Imagen y Práctica) mientras nos enfocamos en la Palabra. Seremos usados para hacer nuestra obra maestra de evangelismo si nos aferramos al pacto dentro de la corriente del Evangelio; seguimos la corriente de nuestra visión y la Palabra dada por Dios; y experimentamos las obras que Dios hace. Si nos concentramos en la oración que transforma la imposibilidad absoluta en la posibilidad absoluta, descubriremos el plan, el poder y la meta absoluta de Dios. Además, sea cual sea la situación en la que nos encontremos, debemos disfrutar de la bendición de que Dios está con nosotros (con, Emanuel y unidad) y concentrarnos en la evangelización. De la misma manera, si el Evangelio y la oración se graban en el interior de los Remanentes, la oración a tiempo marcado se vuelve más natural y disfrutaremos de “24 horas”, “25 horas” y la respuesta de la “eternidad” en cada situación. También disfrutaremos de dos tipos de oraciones. La primera es la oración concentrada que disfruta la respuesta dentro de los problemas. La segunda es la oración profunda cuando nos levantamos como la cumbre que sana el campo.
2. El papel de los obreros de los Remanentes
Grandes obras de transformación del mundo se levantan cuando el Evangelio y la oración se graban en los Remanentes. El papel de los ministros Remanentes es crucial en esto. Jacob guardó las palabras de José en su corazón porque sus corazones estaban conectados (Génesis 37:1-11). Jocabed grabó el Pacto de Sangre en Moisés ejerciendo de su niñera en el palacio (Éxodo 2:1-10). Después de ofrecer a Samuel a Dios, Ana lo exaltó con alabanzas. Samuel, que ya tenía grabado el Evangelio y la oración en él, se convirtió en la figura principal que comenzó el movimiento de Mizpa (1 Samuel 2:1-10). El Evangelio y la oración se grabaron en David desde que era un niño pastor (Salmos 78:70-72), e Isaí, el padre de David, entrenó a David haciéndole traer una prenda como prueba de haber hecho el recado. Eliseo se aferró a las crisis de los israelitas como la mayor oportunidad (1 Reyes 19:19-21). Dios otorgó el poder del trono a Isaías, que tenía el misterio de la oración, y le hizo entender realmente el pacto del Remanente (Isaías 6:1-13). Pablo enseñó su identidad espiritual (soldado espiritual, atleta, labrador y guarda) a Timoteo, que conocía la Biblia, desde joven (2 Timoteo 2:1-7).