UN NUEVO COMIENZO – LA ORACIÓN
Salmos 78:70-72
Si transmitimos incorrectamente el Evangelio a los niños, se cansarán del Evangelio u orarán solo por costumbre. Por eso es importante que el Evangelio y la oración correcta se graben en el Remanente en su vida cotidiana. Es bueno poner en práctica el Evangelio (Cristo, el Reino de Dios y solo el Espíritu Santo) componiendo canciones (canciones sobre la oración, la vida diaria y la resolución de problemas) o escribiendo oraciones. El Evangelio y la oración que se graban en nuestro interior cuando somos jóvenes se convierten en una gran obra que transforma el mundo. ¿Qué debemos tomar como referencia de los siete Remanentes (José, Moisés, Samuel, David, Eliseo, Isaías y Pablo) que transformaron el mundo? ¿Cuál es el papel de un ministro Remanente?
1. Las huellas de la oración de los Remanentes
José experimentó la tristeza de perder a su madre de joven, pero ese fue un horario importante en el que la oración y el Evangelio se grabaron en él (Génesis 37:1-11). Jocabed grabó el Pacto de la Sangre en el bebé Moisés. Más tarde, Moisés escribió en el desierto de Madián el libro de Génesis con este contenido y recibió respuestas precisas (Éxodo 2:1-10). El Evangelio y la oración se grabaron en Samuel cuando era pequeño de tal forma que Dios no dejó caer a tierra ninguna de sus palabras. También se convirtió en la figura principal que levantó el movimiento Mizpa (1 Samuel 2:1-10). La oración se grabó en David desde que era pequeño, y gracias a ello, nos dejó increíbles obras maestras como pastor (Salmos 78:70-72), y derrotó a los filisteos con esa fuerza. Eliseo, un granjero, aceptó rápidamente la llamada de Elías debido a que el pacto ya estaba grabado en él. Comenzó el movimiento de Dotán en el que nadie más había pensado (1 Reyes 19:19-21). Dios dio el poder del trono a Isaías, quien poseía el misterio de la oración, y le permitió conocer el pacto del Remanente (Isaías 6:1-13). Timoteo conocía la Biblia desde pequeño, por lo que Pablo pudo sembrar fácilmente un mensaje importante en él (2 Timoteo 2:1-7).
2. Los resultados de que la oración se grabe en nuestro interior
Resulta fácil orar a tiempo marcado si el Evangelio y la oración se graban en el Remanente. Cuando disfruta la oración programada, el Remanente puede gozar del Evangelio y la oración de “24 horas” sin importar su situación, y experimentar las respuestas de “25 horas” y “eternidad”. De esta forma, tendrá la fuerza para concentrarse en el Señor, independientemente de las dificultades que se le presenten. Esta es la fuerza de la oración concentrada.