LA ÚLTIMA AUTORIDAD – EL PODER QUE DIOS NOS HA DADO
Hechos 1:1, 3, 8
El mundo y sus iglesias se han topado con una crisis. Sin embargo, Dios nos ha dejado una fuerza especial para salvar esta época. Si recibimos el poder que Dios nos ha dado desde el cielo, podremos solucionar los problemas espirituales. Además, la siguiente generación se avivará y salvará el mundo y el futuro. ¿Qué tipo de fuerza es? ¿Cómo podemos recibirla? ¿Cuáles son las respuestas que recibiremos después?
1. Un poder diferente
El poder que recibiremos es la fuerza espiritual que el mundo no puede generar. Las obras se levantarán si salimos al mundo con este poder. Nos convertiremos en testigos si nuestras habilidades surgen de este poder. Las palabras no serán necesarias para que otras personas vean lo que poseemos. Este es el tipo de testigo en el que nos convertiremos. La fuente de este poder es Dios. En este momento, Él está con nosotros y con las personas que nos rodean.
2. ¿Cómo podemos recibir este poder?
Este poder surgió y se grabó en Moisés cuando subió al monte Horeb y se concentró ante Dios. También recibió dos tablas de piedra con este pacto grabado. Elías, que estaba abatido, también recibió nuevas fuerzas en el monte Horeb. Los discípulos disfrutaron del pacto de Jesús, quien solucionó todo en el Calvario, y del pacto de ser testigos en el monte de los Olivos, donde Dios les dio a Cristo y su Reino.
3. Las respuestas verdaderas
Después, recibieron las respuestas verdaderas que la gente del mundo no podía comprender. Las respuestas de los encuentros de bendición tuvieron lugar (Hechos 2:9-11) y la economía de la luz fue restaurada (Hechos 2:43-45). El movimiento de la Palabra se extendió por toda la región a través de los líderes de iglesia (Hechos 6:1-7) y después se abrieron las puertas de la evangelización mundial (Hechos 11:19). Los ejércitos de ángeles comenzaron a hacer las obras de Dios (Hechos 12:1-25). Debemos restaurar esta fuerza porque con ella podemos sanar los problemas espirituales que se encuentran en el mundo entero y salvar a las personas que sufren por su causa.