PERSONAS QUE CONOCEN A SU ADVERSARIO
1 Samuel 17:41-47
Los israelitas que escaparon de Egipto se enfrentaron a dificultades constantes por causa de los filisteos. Sin embargo, los filisteos no pudieron invadir Israel en tiempos de Samuel. Sólo cuando Samuel envejeció y sus fuerzas se debilitaron, los filisteos, encabezados Goliat, entraron nuevamente a Israel. David, que estaba haciendo un recado para su padre, escuchó a Goliat burlándose de Dios y lo derrotó de inmediato. ¿Cuál fue el misterio de la victoria de David?
1. El misterio de la oración en nuestra vida diaria
Las obras de Dios se levantarán si oramos aunque sea durante cinco minutos para coger el pacto en nuestra vida diaria. En su vida cotidiana, cuando estaba solo, David se aferraba al misterio de la oración y disfrutaba del pacto más importante. David oraba por la mañana (Salmos 5:3) y oraba por la noche (Salmos 17:3). Como pastor, desarrolló sus habilidades y no perdió ni una sola oveja por un león o un oso. Aunque David era un simple pastor que alimentaba a sus ovejas, Dios lo eligió para convertirse en rey (Salmo 78:70-72). Cuando David se presentó al rey Saúl, que estaba afligido por los espíritus malos, y cantó alabanzas, los espíritus malos se marcharon inmediatamente.
2. La fuerza en nuestra vida diaria
David derrotó a Goliat con la fuerza que disfrutaba en su vida diaria. Se enfrentó a las crisis también con la fe y las habilidades que desarrollaba en su vida diaria. Goliat miró a David y lo maldijo por sus dioses (1 Samuel 17:42-43). En ese momento, David confesó el pacto inquebrantable al que se había aferrado (1 Samuel 17:45-47). Con un golpe mortal y usando aquello que poseía, David derrotó a Goliat. Como hijos e hijas de Dios, debemos cultivar nuestra fuerza espiritual y habilidades en nuestra vida diaria.
3. El misterio de estar con Dios en nuestra vida diaria
Nuestro adversario no es ni Satanás ni el mundo, sino nuestra incredulidad. David disfrutó del misterio de estar con Dios y durante toda su vida tuvo victoria en su lucha contra la incredulidad. David no fue movido ni siquiera después de haber alcanzado el éxito. David se preparó para la construcción del templo con el misterio de disfrutar de que Dios estaba con él en su vida diaria. Después de convertirse en rey, construyó la ciudad de David y fortaleció su nación. También trasladó el Arca del Pacto de la que Samuel le había hablado de joven y completó la preparación para construir el templo.
Oración del evangelista. Querido Dios, danos tu fuerza y poder en nuestra vida diaria. Danos la fe espiritual que no cambia ni siquiera cuando nos enfrentamos a una crisis o después de haber alcanzado el éxito.