EL CAMPO DORADO DE LA VIDA
Hechos 2:1
El mayor campo de respuestas que aparece en la Biblia es el día de Pentecostés en el aposento alto de Marcos (Hechos 2:1). Nuestro mayor campo dorado es nuestro “hoy”. Por tanto, debemos disfrutar y ser conscientes de las tres verdades importantes que Dios ha preparado para Sus hijos e hijas. Estas son el Dios Trino, la identidad y el respaldo de los hijos de Dios, y la autoridad que destruye las fuerzas de la oscuridad. Recibiremos la fuerza de Dios cuando nos aferremos a ellas como nuestro pacto. ¿Qué clase de fuerza es?
1. Ninguna otra que “solo”
Debemos gozar de la fuerza que proviene de disfrutar de “solo Cristo” (Hechos 1: 1), solo el Reino de Dios (Hechos 1: 3) y solo el Espíritu Santo (Hechos 1: 8)”. Las obras de Dios se levantarán simplemente con que oremos un momento mientras disfrutamos de ellas. Nuestro pasado, que está dentro de Cristo, se convertirá en la respuesta para el resto de nuestras vidas y en una plataforma de bendiciones. Esta es la razón por la que no necesitamos preocuparnos por nuestros problemas actuales o por nuestros problemas espirituales que aún no han sido sanados. De hecho, podemos recibir bendiciones y respuestas de Dios, así como descubrir nuestra misión en la vida porque estos problemas existen.
2. El campo dorado de hoy
Recibiremos la fuerza que Dios nos da en Su horario cuando disfrutemos de “solo Cristo, el Reino de Dios y el Espíritu Santo”. La evidencia de este horario aparece en Hechos 2, “cuando llegó el día de Pentecostés” (Hechos 2:1), “entonces” (Hechos 2:5), “en aquellos días” (Hechos 2:18), “aquel día” (Hechos 2:41), y “cada día” (Hechos 2:46- 47). En la medida en que nos aferremos hoy al pacto, las obras de las respuestas se levantarán según el horario de Dios.
3. El campo dorado situado dentro del campo
Las obras de sanidad del campo se levantaron después de que experimentaran la fuerza que Dios dio. El hombre cojo que estaba sentado frente a la puerta del templo llamada La Hermosa se levantó y comenzó a caminar tan pronto como el Evangelio le fue predicado (Hechos 3: 1-12). Los espíritus inmundos fueron expulsados tan pronto como Felipe predicó a Cristo a las personas espiritualmente enfermas y poseídas por demonios de Samaria (Hechos 8:4-8). El equipo de Pablo sanó a los chamanes (Hechos 13:1-4), a los adivinos que estaban poseídos por demonios (Hechos 16:6-10), y a las personas enfermos por causa de la idolatría (Hechos 19:1-20).
Oración del evangelista. Querido Dios, permite que disfrutemos de las tres bendiciones y la fuerza que tú nos has dado. Permite que salvemos los campos dorados con esa fuerza.