JOSÉ ROMPIÓ EL VIEJO MARCO
Génesis 37:1-11
Los hermanos de José desconocían el plan de Dios de levantar a las doce tribus a través de ellos. Solo se enfocaron en los aspectos materiales, perdieron estas bendiciones y sintieron celos de José. En última instancia, no pudieron transmitir el Evangelio a Egipto y se convirtieron en esclavos. Por el contrario, José comenzó a orar cuando se enfrentó al complicado momento de perder a su madre. En medio de esto, pudo descubrir el pacto que Dios le había dado, tener una visión y comenzar a soñar con él. José empezó a recibir muchas respuestas cuando se aferró a este pacto. ¿Qué sabía José?
1. El primer misionero
José se aferró al pacto de que él era un misionero. En los sueños que tenía de joven, veía manojos de trigo, el sol, la luna, once estrellas y el mundo entero que se inclinaban ante él (Génesis 37:7 y 9). El pacto de Dios se cumplió en el campo donde José entró como esclavo aferrándose a este pacto. No solo eso, el reino de Dios también se estableció en Egipto, que era el lugar donde José vivía como un esclavo y donde, finalmente, fue nombrado gobernador. Por último, la obra del avivamiento de todo el mundo se levantó de acuerdo con el pacto al que se aferró José.
2. Dios está con nosotros
En lugar de centrarse en los problemas o las respuestas, José disfrutó de CON (Dios contigo) y Emanuel (Dios con nosotros). También fue consciente de las bendiciones de la unanimidad por medio de las cuales Dios obra en todos los aspectos. José fue a Egipto como esclavo, pero Dios le levantó como la cumbre que salvaría a Egipto y al mundo entero y él disfrutó de esta bendición. Si tenemos la fe correcta de conocer el pacto de Dios como José, las obras se levantarán con toda seguridad.
3. Solo Dios es capaz
José sabía que solo Dios era capaz de salvarlo cuando fue arrastrado a Egipto, de los sufrimientos que sufrió como esclavo y cuando fue encarcelado. Sabía que solo Dios era capaz de levantarlo como gobernador cuando estaba condenado a la muerte eterna. Los hermanos de José, Potifar, el general y Faraón fueron incapaces de hacer estas obras. Fue Dios quien reveló este misterio a José, quien se aferró a Su pacto.
Oración del evangelista. Querido Dios, gracias por llamarnos como misioneros que salvan sus campos. Permite que disfrutemos de Emanuel en nuestro campo y que creamos en las obras que solo tú eres capaz de hacer. Empezaremos la oración del pacto que salvará nuestro campo.