SISTEMA DE EVANGELIZACIÓN DEL SUDESTE ASIÁTICO
Hechos 2:9-11
No hay necesidad de pelear. Sólo necesitamos cambiar tranquilamente la corriente porque si el sistema cambia, la corriente incorrecta desaparecerá de modo natural. Por tanto, debemos cambiar “mi sistema” en primer lugar. Necesitamos descubrir el “yo creado por Dios, mis cosas dadas por Dios y mi campo dado por Dios” dentro de la pobreza, así como el plan de Dios dentro de la soledad. También necesitamos cambiar el sistema de la iglesia. Recibiremos el resto de respuestas si la iglesia se equipa con los sistemas del aposento alto de Marcos, la iglesia de Antioquía y Romanos 16. Necesitamos también cambiar el sistema de las misiones. Se producirá un cambio completo si conocemos el motivo por el cual Pablo entró en las sinagogas y preparamos un tercer sistema en los campos donde nadie más puede entrar. En ese momento, Dios nos da tres puntos importantes.
1. Un problema importante – “Sólo”
Poseemos el “sólo” que Dios nos dio dentro de los problemas importantes. No importa cuánto dinero o éxito alcancemos en el mundo: no podremos bloquear los desastres y las maldiciones que han surgido de los problemas espirituales. De esta manera, nosotros, que tenemos la respuesta de “sólo”, podemos revertir las corrientes de los desastres y las maldiciones. Sólo necesitamos diagnosticar con precisión el problema espiritual y transmitir la respuesta en el campo. Esto es el evangelismo.
2. La respuesta que nadie más puede dar – “Unicidad”
Dios nos dio la respuesta que nadie más puede darnos. Conocer cuál es el problema y compartir la respuesta se llama “unicidad”. Dios levantó a personas que poseían esta respuesta delante del Faraón de Egipto, el rey Nabucodonosor de Babilonia y el César de Roma, y después cambió la corriente espiritual. Debido a que esta corriente es invisible y obra a través de la Palabra, nadie es consciente de ella.
3. El lugar donde nadie más puede ir – “Recreación”
Iremos a lugares donde nadie más puede ir. Dios le permitió a Pablo ver Roma cuando terminó su tercer viaje de evangelización (Hechos 19:21), y también le dijo que testificaría con denuedo el Evangelio ante los tribunales romanos (23:11). Pablo ya estaba dentro de la corriente de Dios. El mundo está actualmente inmerso en un frenesí espiritual. Incluso las personas creyentes son incapaces de escuchar la Palabra de Dios y desconocen que “sólo Evangelio” puede bloquear esta gran tempestad de viento. Dios salvó al mundo en todas las épocas a través de la minoría que reconoció los signos espirituales y que poseyó el Evangelio que bloquearía esta destrucción.
Oración del evangelista. Querido Dios, a través de “sólo, la unicidad y el poder de recreación” que surgen del Evangelio, levántanos como evangelistas que salvan e invierten las corrientes de las maldiciones y los desastres.