LA VERDADERA RESPUESTA DE ENCONTRAR LO QUE SE HA PERDIDO
Hechos 2:1
La verdadera respuesta es restaurar lo que hemos perdido. Muchas personas que van a la iglesia no conocen el Evangelio y viven vidas religiosas. Por eso necesitamos un evangelista que proclame el Evangelio. Dios tiene puesto su vista en las personas que deben recibir el Evangelio y en aquellas que lo proclamarán. Dios quiere compartir el Evangelio con esas personas a través de un evangelista. Su interés está puesto en las personas preparadas para recibir la vida eterna. ¿Cómo podemos restaurar esta respuesta verdadera?
1. Lo que la Iglesia desconoce
Las iglesias de todo el mundo, incluidas las de Corea, desconocen las trampas, los moldes y los lazos de Satanás. Por eso, los líderes de esas iglesias no pueden hablar sobre los engaños de Satanás. Por el contrario, Satanás conoce a la gente bastante bien; por este motivo, las personas siempre caen en las trampas que ha creado (Génesis 3:4-5, 6:4-5, y 11:1-8). Satanás también crea los moldes del misticismo, la adivinación y la idolatría y encierra en ellos a las personas (Hechos 13:5-12, 16:16-18, y 19:8-20). Como consecuencia, quedan atrapadas por su lazo y acaban viviendo atados por los seis estados de la persona no creyente (Juan 8:44).
2. Debemos descubrir no sólo a través del Evangelio, sino también a través de “sólo Evangelio”
Dios desea que testifiquemos “sólo Evangelio”. “Sólo” significa que no hay otro camino. “Sólo Cristo” puede resolver completamente las tres maldiciones (desastres, Satanás y el trasfondo del infierno). El método para destruir el reino de las fuerzas de oscuridad es “sólo el Reino de Dios” (Hechos 1:3). Sin “sólo el Espíritu Santo” no podríamos ni levantarnos por nuestro propio pie (Hechos 1:8). Estas son las claves más importantes para salvar al mundo.
3. Restauremos todo dentro de “sólo Evangelio”
Debemos restaurar y encontrar todo dentro de “sólo Evangelio”. Hay cinco aspectos dentro del “sólo Evangelio”. En primer lugar, las obras del Espíritu Santo, que son como el fuego y el viento (Hechos 2:1-4). Después, las puertas de quince naciones se abrieron (Hechos 2:9-11) y la Palabra de Dios se cumplió. A pesar de ser un campo donde el evangelismo era imposible, se levantaron tres mil discípulos (Hechos 2:41-42) y recibieron las respuestas para salvar el campo (Hechos 2:43-47).
Oración del evangelista. Querido Dios, danos la verdadera respuesta de restaurar dentro de “sólo Evangelio” lo que perdimos.