CON, EMANUEL Y UNICIDAD
Mateo 28:20
Josérecibióla respuesta de salvar a Egipto y a todas las naciones vecinas. La bendición de que todas las naciones escucharan el Evangelio comenzó en Babilonia a través de Daniel, Sadrac, Mesac y Abed-nego, y se renovó a través de la Iglesia Primitiva y de Pablo. La Biblia nos da testimonio de que el pacto del evangelismo mundial de Dios es verdaderamente posible. Si esto es así, ¿a quién confiará Dios este pacto?
1. “Con” – El misterio de estar con Dios
Las personas creyentes que recibieron respuestas correspondientes a mil años disfrutaron del misterio de estar con Dios en su “hoy”. Recibieron este misterio en medio de circunstancias difíciles. Dios usó a estas personas cuando el mundo entero estaba inmerso en una crisis. Todo el mundo recibe su “hoy”, pero también dificultades. Las crisis a las que se enfrenta el mundo entero en estos momentos constituyen el mejor horario para descubrir el pacto de Dios.
2. Emanuel –Dios está con nosotros
Dios nos dará respuestas correspondientes a mil años cuando disfrutemos del misterio de Emanuel. Dios está con Sus discípulos que se aferran a esta bendición, pero también con sus enemigos. Los siete Remanentes, que sabían esto, buscaron y disfrutaron esta respuesta cuando fueron sometidos a esclavitud, en medio de guerras, y también en tiempos de cautiverio y colonización.
3. Unicidad – Simultáneamente por el Espíritu Santo del Señor
La unicidad significa “1 + 1 + 1 = 1”. Dios gobierna simultáneamente sobre todas las personas creyentes a través del Espíritu Santo. El término teológico para esta realidad es “investidura”. Las obras asombrosas del Espíritu Santo de Dios que está simultáneamente con todos nosotros se levantan. Es por eso que Pablo y su equipo se esforzaron para recibir la guía del Espíritu Santo. Por tanto, obras verdaderamente destacables empezarán a levantarse si oramos para recibir la guía del Espíritu Santo dentro de nuestra familia, línea de parentesco e iglesia.
Oración del evangelista. Querido Dios, permite que disfrutemos plenamente de Ti, que también estuviste con José, en nuestra vida, y que descubramos el “yo que Tú creaste” y nuestras “cosas que Tú nos diste" hoy.