DIOS, QUE USÓ A LOS DÉBILES
Hechos 1:11
Hay problemas que la humanidad no puede resolver más allá del tiempo y el espacio donde sucedan. Se trata de los desastres que no desaparecen, las enfermedades mentales, las guerras y los actos terroristas. Cuanto más avanzado es un país, peores resultan sus problemas. Todo el mundo vive atrapado en la trampa del “yo”, lo material y el éxito (Génesis 3, 6 y 11). No sólo eso, también viven atrapados en el marco de la cultura satánica (Hechos 13, 16 y 19) y el lazo de los seis estados de la persona no creyente. Dios usa a una persona para resolver estos problemas. ¿De quién se trata?
1. Los filisteos y la autoridad de la iglesia (Hechos 1:1-8)
Los filisteos y la autoridad de la iglesia no se ajustaban al movimiento de evangelismo. Su religión, ideología y régimen defendían que sólo Israel puede recibir la salvación. Esta creencia no se ajusta al Evangelio. La ideología incorrecta de la religión legalista no puede resolver los doce problemas (Génesis 3,6 y 11, Hechos 13, 16 y 19, y los seis estados de la persona no creyente). Por este motivo, Dios no puede usar a los filisteos ni a las personas que ostentan la autoridad de la iglesia.
2. Personas que persiguen el éxito (Filipenses 3:1-21)
El éxito no está mal. Sin embargo, las personas que persiguen solamente el éxito no pueden ser usadas para el movimiento del Evangelio. Las verdaderas bendiciones están en las manos de Dios, pero las personas que ansían el éxito necesitan aquello que pueden encontrar en las manos de las personas. La verdadera respuesta es el premio del llamado celestial. Sin embargo, las personas cuya meta es el éxito se afanan por obtener los premios de este mundo. Sin saberlo, se dirigen hacia otra cosa, hacia cosas que están mal, y hacia cosas que fallarán porque su maestro son ellos mismos. Se muestran insensibles a la realidad espiritual mientras que en su interior se han grabado y arraigado las cosas físicas del mundo, que determinan su naturaleza.
3. El movimiento del Evangelio más importante
Dios usa a aquellas personas que tienen y comparten el Evangelio, aunque parezcan débiles. Debemos compartir el Evangelio, que es más importante que el poder. Este es el movimiento del Evangelio que es lo más importante de todo. El movimiento del Evangelio consiste en dar verdadera sanidad a las personas (Hechos 3:1-12) que están espiritualmente enfermas, que tienen enfermedades incurables o que están poseídas por demonios (8:4-8). Estas personas han caído en el chamanismo, en la adivinación, y están muriendo por causa de sus problemas espirituales (13,16 y 19). Como la verdadera cumbre que ha estado oculta desde tiempos eternos, ahora podemos dedicarnos a lo que es eterno (Romanos 16:25-27). Hay muchas almas de las 237 naciones que no han recibido el Evangelio. Dios usa a aquellas personas que conocen esta importante verdad.
Oración del evangelista. Querido Dios, permite que entendamos nuestra debilidad y recibamos Tu fortaleza para convertirnos en testigos. Conviértenos en evangelistas que bloquean las crisis del mundo y en empresarios y empresarias que salvan la época.