UNA RESOLUCIÓN
Daniel 1:8-9
Las Sagradas Escrituras de Dios dicen que habrá tribulaciones en el fin de los tiempos. Es en momentos como ese cuando las personas creyentes de Dios deben tomar una resolución. Daniel estaba cautivo en Babilonia, pero tomó la resolución de no ingerir la comida ofrecida a los ídolos que le había dado el rey. A pesar de eso, acabó convirtiéndose en el gobernador de toda la provincia de Babilonia. ¿Qué respuesta le dio Dios a Daniel, que hizo esa resolución? ¿Qué tipo de resolución debemos tomar nosotros mismos?
1. La primera respuesta: la respuesta de salvarnos a nosotros mismos, al mundo y al campo
No había nadie para interpretar el sueño del rey Nabucodonosor. El rey se enfureció y trató de matar a todos los sabios, expertos y magos de Babilonia. Antes de que todos los sabios fuesen ejecutados, Daniel se adelantó y le explicó al rey su sueño (Daniel 2:20). Daniel también testificó que Dios le había dado su sueño al rey, y dijo que interpretaría el sueño por él. Dios le había dado a Daniel la sabiduría para salvar a todos los hombres sabios y a la nación. Del mismo modo, tendremos victoria si tomamos la resolución de salvarnos a nosotros mismos, al mundo y al campo a través de la fuerza que Dios nos ha dado.
2. La segunda respuesta: el rey, las puertas del evangelismo, y el poder y la sabiduría de Dios
Después de la muerte del rey Nabucodonosor, su hijo, el rey Belsasar subió al trono. El arrogante Belsasar invitó a mil de sus príncipes a un banquete en el que bebieron en vasos de oro y plato que Nabucodonosor habría traído del templo de Jerusalén. En ese momento, apareció en una pared una escritura extraña que nadie podía entender. Fue Daniel quien la interpretó. Del mismo modo, se abrirán las puertas del evangelismo si tenemos y disfrutamos el poder de Dios. La gente del mundo no puede seguir el poder y la sabiduría que Dios nos da.
3. La tercera respuesta: acción de gracias y alabanza al Señor
Los gobernadores y sátrapas conspiraron para matar a Daniel. Engañaron al rey para que promulgara una ley y acusaron a Daniel de traición. Aunque Daniel sabía que el edicto del rey había sido promulgado, siguió orando tres veces al día con acción de gracias. Daniel fue sentenciado a muerte y echado al foso de los leones. Al día siguiente, el rey Darío vio que Daniel estaba todavía vivo y lo sacó rápidamente. Después, echó a los conspiradores al foso y convirtió a Daniel en el gobernador de Babilonia. A pesar de lo que le había sucedido, Daniel siguió alabando a Dios.
Oración del evangelista. Querido Dios, confesamos que Tú, que estuviste con Daniel, eres nuestro Dios. Danos el poder y la sabiduría para solucionar los problemas de esta época, que también existieron en tiempos de Daniel.