SANAR LAS 237 NACIONES
Mateo 24:1-14
Aunque hemos recibido la misión de salvar a las 237 naciones, no poseemos ningún poder y creemos de forma equivocada que nada está funcionando correctamente. Hay muchas personas grandes y poderosas en el mundo, pero nunca han hecho la evangelización mundial. Por eso, Dios ha preparado respuestas para nosotros. Se trata de la respuesta de los 100 años que recibimos cuando experimentamos a Cristo, la respuesta de 1.000 años que recibimos cuando disfrutamos la bendición del Reino de Dios, y la respuesta eterna que surge de la guía de Dios a través de las obras del Espíritu Santo. Puede que seamos débiles, pero el evangelismo y las misiones pueden lograrse completamente si Dios hace Sus obras. ¿De qué identidad debemos disfrutar para que esto suceda?
1. Un misionero que no necesita las cosas del mundo
Dios necesita un misionero que no confíe en la fuerza del mundo. A diferencia de sus hermanos, que necesitaban otras cosas, José se aferró sólo al pacto y disfrutó de la bendición de que Dios estuviera con él. Eliseo no pidió Bet-el, Gilgal ni Jericó, lugares que otras personas deseaban, sino que pidió una doble porción del espíritu de Elías. Pablo consideró basura las cosas del mundo que la gente deseaba y se aferró a lo que Cristo poseía. Este es el misterio de estar con Dios del que debemos disfrutar. En esta época, cuando todo el mundo sufre por causa de enfermedades espirituales, el pacto de ser un testigo hasta lo último de la tierra a través de “sólo el Espíritu Santo” (Hechos 1:8) se cumplirá cuando disfrutemos de este misterio.
2. Un oficial de la iglesia que sabe que no necesita las cosas del mundo
Dios da verdaderas bendiciones al oficial de la iglesia que sabe que no necesita las cosas del mundo. Dios dio la bendición de salvar el mundo a los oficiales de la iglesia que conocían la corriente de la Palabra, la oración y el evangelismo, como Jetro y Rahab, Ana y Isaí, y las personas creyentes de la Iglesia Primitiva (Hechos 1:14). También dio la bendición de mover el mundo a los oficiales de la iglesia que vieron más allá del mundo físico y conocieron el mundo espiritual. En cada época, Dios prepara una economía de la luz, una economía del evangelismo y una economía de las misiones separada para los oficiales de la iglesia.
3. La gente del misterio que Dios ha preparado
Las personas que Dios ha preparado pueden parecer insignificantes para aquellas que buscan el éxito en el mundo, pero en realidad Dios las ha preparado para obras importantes. Son las personas que están esparcidas pero que tienen una comisión; que parecen desamparadas pero que en realidad están escondidas; y que parecen impotentes, pero que en realidad han quedado atrás. Esta es la bendición que recibiremos. Dios ha reservado Sus bendiciones para la escuela internacional de sanidad que sanará a las 237 naciones; Dios nos está esperando. Debemos aferrarnos al ministerio que sana el mundo que está lleno de enfermedades espirituales con el Evangelio y que ora a través del movimiento de la Palabra.
Oración del evangelista. Querido Dios, permite que sanemos esta época con el Evangelio. Ayúdanos a convertirnos en personas que sanan las enfermedades espirituales que las personas del mundo no pueden sanar por sí mismas.