QUÉ HACER PRINCIPALMENTE – DIEZ AÑOS
Hechos 1:1, 3, 8
Los diez primeros años de vida de un niño hasta que va a la escuela determinan todo lo que constituye un Remanente. En esta etapa tan importante se enfrentan a distintos obstáculos: conflictos generados por sus padres o por otros niños que tienen problemas, problemas que surgen en las familias de su entorno, problemas económicos y problemas de salud. Es importante que no nos dejemos engañar por estos problemas. Dios desea darnos la fuerza de estar a nuestro lado en momentos como éste, tal y como hizo con Jocabed, que levantó a Moisés (Éxodo 2:1-10), con Ana, que levantó a Samuel (1 Samuel 1:1-11), y con Loida y Eunice, abuela y madre de Timoteo, que le transmitieron el pacto (2 Timoteo 3:14-17). Como personas que poseen la fuerza de que Dios esté a su lado, ¿qué debemos hacer principalmente durante los primeros diez años de nuestra vida?
1. Oración del padre (una persona)
Al menos uno de los padres debe aferrarse al pacto y orar. Superaremos todos los problemas si disfrutamos del cumplimiento del pacto por medio de la oración. Podremos dejar nuestras obras maestras de fe si apuntamos la Palabra y las respuestas que recibimos, y lo compartimos con nuestros hijos al igual que Jocabed transmitió el pacto a Moisés y se aferró a la Palabra, y oramos como Ana, la madre de Samuel. En ese momento, se levantarán obras asombrosas como el éxodo de Egipto, Babilonia y Roma.
2. Oración hecha juntos
Debemos orar junto con los Remanentes porque todo aquello que los niños hacen con sus padres cuando están en el útero de sus madres o durante sus etapas de bebés y niñez dura para toda la vida. Sobre todo, debemos orar juntos y leer juntos la Biblia, el libro que está lleno de la Palabra de Dios. También podemos transmitirles el pacto cuando pasamos tiempo jugando juntos. Esta es la manera de transmitir las bendiciones para toda la vida a los y las Remanentes.
3. Trabajo
Dios responde siempre dentro del horario de los diez primeros años de vida de los y las Remanentes. Así recibiremos las respuestas sobre lo que nadie enseña (sólo), lo que nadie puede ver (unicidad) y lo que nadie puede hacer (recreación). Por tanto, debemos ver todas las cosas con el horario para toda la vida. Dentro de ello, debemos llegar a la respuesta con el Evangelio. En ese momento, conoceremos la razón por la cual Dios nos ha permitido tener victoria a través de los acontecimientos de “ese día” porque Dios hará la evangelización mundial a través de nosotros.
Oración del evangelista. ¡Señor! Permite que transmitamos el pacto que cumplirás al Remanente durante sus primeros diez años de vida, que determinarán el resto de su existencia.