EL SEÑOR LO BENDIJO
Génesis 26:12-22
El pacto de Dios permanece para siempre (Isaías 40:6-8). Dios le dio a Isaac el pacto de la evangelización mundial con la Palabra “todas las naciones de la tierra serán benditas en tu simiente” (Génesis 26:3-4). Es el mismo pacto que el pacto de la simiente de la mujer que eliminó las maldiciones de Génesis 3, el pacto del Arca que detuvo los desastres de los Nefilim, el pacto del Éxodo que liberó de la esclavitud al pueblo de Israel y el pacto de Cristo que solucionó todos los problemas. Los filisteos sintieron envidia de Isaac cuando éste recibió las bendiciones prometidas en la Palabra y trataron de intimidarlo. Sin embargo, Isaac recibió tres respuestas en medio de esa crisis. ¿Qué respuestas fueron?
1. La respuesta de cien años
Isaac sembró en esa tierra y cosechó en el mismo año el ciento por uno (Génesis 26:12). Recibió la respuesta de cien años. El Señor lo bendijo, e Isaac se hizo rico, y ganó más y más hasta que se hizo muy rico. Tenía rebaños y muchos sirvientes porque éstos eran absolutamente necesarios para la evangelización mundial. Dios ha preparado la respuesta de cien años también para nosotros que somos evangelistas. Solo necesitamos el verdadero pacto que Dios nos dio.
2. La fuente de bendición
Los filisteos envidiaban a Isaac y cegaron y llenaron de tierra todos los pozos de Abraham (26:15). Sin embargo, Isaac halló un pozo de aguas vivas (19). Esta es la fuente de bendición que Dios nos da. La respuesta que Dios nos da es espiritual y viene del cielo, y por eso ninguna persona puede percibirla. Por eso no debemos caer en la envidia y el engaño de las fuerzas de la oscuridad. Debemos tener fe en la Palabra de Dios, que nos prometió un pozo de aguas vivas.
3. La bendición de Rehobot
Cuando Isaac encontró un pozo de aguas vivas, los pastores de Gerar riñeron con los pastores de Isaac y ganaron el pozo Esek. También pelearon por otro pozo llamado Sitna y lo ganaron. Isaac se apartó de allí y cavó otro pozo, y ya no riñeron por él. Le puso el nombre de Rehobot. Las fuerzas de oscuridad intentan engañar a los evangelistas en circunstancias difíciles, pero no hay motivos para temer porque Dios está en medio de esas dificultades y nos da la bendición de convertir una desgracia en una bendición. Sólo necesitamos aferrarnos al pacto que Dios nos ha dado en todas las circunstancias.
Oración del evangelista. ¡Dios! No permitas que caigamos en engaño por causa de las crisis; al contrario, haz que nos aferremos a Tu pacto. Permite que nuestros estudios y negocios estén en medio de Tu pacto.