JUEVES 1. EL MINISTERIO DE LA SANIDAD DEL INDIVIDUO
Hechos 1:1, 3, 8
Sabremos que todo se ha solucionado si tenemos el Evangelio correcto. Sin embargo, los problemas que surgen en nuestra vida parece que no han terminado. El problema radica en la pregunta “¿Dónde están mi espíritu y mi alma perdidos?”. Por tanto, mi “yo de Génesis capítulo 3” debe morir y “Cristo en mi” debe vivir (Gálatas 2:20). Pablo habló de “mi Evangelio”, que es la concentración en el Evangelio a tiempo marcado y 24 horas al día. Recibimos la respuesta de que el Señor está a nuestro lado cuando disfrutamos del Evangelio de esta forma. Disfrutar de esta bendición es el comienzo de la sanidad del individuo. Para sanar a las personas, ¿qué necesitamos saber?
1. El receptor - ¿Qué debemos sanar?
Los capítulos 3, 6 y 11 de Génesis se han grabado en el interior de los que se han alejado de Dios. Necesitamos compartir la respuesta con ellos. Dios levantará las obras. Los que desconocen el futuro y enraízan y ponen su confianza en los capítulos 13, 16 y 19 de Hechos. Veremos el futuro a través de Su Palabra si compartimos el misterio de estar con Cristo con ellos. También debemos sanar con el misterio de solo Cristo a los que han caído en enfermedad debido a que su naturaleza responde a los seis estados del no creyente.
2. El contenido: ¿con qué debemos sanar?
Sanémoslos con sólo Cristo, el reino de Dios y el Espíritu Santo (Hechos 1:1, 3, 8). Jesús, que es el Cristo, ha solucionado todo en la cruz (Juan 19:30). En otras palabras, Cristo ha resuelto todos los problemas. El reino de Dios viene sobre los que creen en esta verdad, y, en ese momento, la oscuridad se quiebra. Dios nos da la autoridad para superar las limitaciones de nuestro campo cuando somos llenos solo del Espíritu Santo.
3. El descubrimiento del Mandato Celestial: ¿cómo debemos sanar?
Debemos descubrir lo que Dios desea de nosotros en todos los asuntos. Esto se llama el Mandato Celestial. Nuestras vidas serán avivadas como un todo cuando descubramos nuestro mandato celestial. A continuación recibiremos nuestro llamado y comisión, y podremos hacer lo que es justo, inevitable y absoluto. Descubriremos el poder de las 25 horas y las bendiciones eternas cuando disfrutemos de esto en un solo corazón, un corazón entero, continuación y 24 horas. Con esto, podremos cambiar lo grabado, raíces y naturaleza. Debemos tener “mi horario” para encontrar y disfrutar este mandato celestial (tiempo marcado, continuo, intensivo).
Oración del evangelista. ¡Dios! Sánanos de lo grabado, raíces y naturaleza equivocadas para que disfrutemos del Evangelio plenamente. Llénanos con solo Cristo, el reino de Dios y el Espíritu Santo.